Dejo de soñar y vuelvo a pensar que solo tú mirar devora mi alma, y así quede, con el cuerpo a la mitad. Aquella noche dejaste caer el sol, perdida en la cuidad cuando de tanto en tanto estoy de vuelta en el juego, insatisfecha, queriendo ver a mi favor tu regreso en la vereda.
Pero ya no quiero vientos de locura... que son un mal trago.
Pero ya no quiero vientos de locura... que son un mal trago.
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